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HOMBRES
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Primera informacion'Estén sujetos los unos a los otros, por reverencia a Cristo. Las esposas deben estar sujetas a sus esposos como al Señor. Porque el esposo es cabeza de la esposa, como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo; y él es también su Salvador. Pero asà como la iglesia está sujeta a Cristo, también las esposas deben estar en todo sujetas a sus esposos. Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo para santificarla, purificándola con el baño del agua acompañado de la palabra para presentársela a sà mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa y perfecta. De la misma manera deben los esposos amar a sus esposas como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sà mismo. Porque nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida, como Cristo hace con la iglesia, porque ella es su cuerpo. Y nosotros somos miembros de ese cuerpo. «Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.» Aquà se muestra cuán grande es el designio secreto de Dios. Y yo lo refiero a Cristo y a la iglesia. En todo caso, que cada uno de ustedes ame a su esposa como a sà mismo, y que la esposa respete al esposo.' Efesios 5:21-33 Dios no nos da expectativas y roles dentro del matrimonio para coartar nuestra libertad. Él quiere que conozcamos como llevar una vida mejor. Este pasaje acerca del amor, respeto y sumisión no siempre se alinea con el pensamiento contemporáneo y las prácticas modernas, pero podemos estar seguros que aquel que instituyó el matrimonio sabe cómo hacerlo prosperar. Después de que lean juntos este pasaje en voz alta, comenten la parte que les sea más dÃficil de entender o de poner en práctica. Oren juntos para que Dios los guie a cada uno a cumplir con el rol que Él ha escogido para ustedes, de forma que le den gloria a Él y honren a su pareja.
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Segunda informacionPor lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando él aparezca, ustedes también aparecerán con él llenos de gloria. Hagan, pues, morir todo lo que hay de terrenal en ustedes: que nadie cometa inmoralidades sexuales, ni haga cosas impuras, ni siga sus pasiones y malos deseos, ni se deje llevar por la avaricia (que es una forma de idolatrÃa). Por estas cosas viene el terrible castigo de Dios sobre aquellos que no lo obedecen; Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes. No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacÃan, y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente. Ya no tiene importancia el ser griego o judÃo, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos. Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan al pueblo santo. RevÃstanse de sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro. Asà como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes. Sobre todo revÃstanse de amor, que es el lazo de la perfecta unión. Y que la paz de Cristo reine en sus corazones, porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas. Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabidurÃa. Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales. Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. Esposas, sométanse a sus esposos, pues este es su deber como creyentes en el Señor. Esposos, amen a sus esposas y no las traten con aspereza. ' Colosenses 3:1-6,8-19 Su vieja naturaleza nunca podrá ser mejor pareja cómo lo es la nueva natura. Este pasaje nos reta a hacer a un lado las pobres acciones que siempre se interponen en el camino de un matrimonio saludable y vestirnos con el cáracter de Cristo. Aunque aparentemente suene tan fácil como ponerse un abrigo, lean juntos y escuchen cuál es ese rastro pecaminoso que más les cuesta trabajo quitarse y cúal es el que Dios quiere que vistan. Confiesen las formas en que han fallado en ponerse el cáracter divino y pidan perdón a su pareja. Oren juntos para que Dios les de la determinación para ponerse SU traje una y otra vez cada dÃa.
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Tercera informacion'Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecÃa, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve. Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoÃsta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir. Un dÃa el don de profecÃa terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecÃa son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto. Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un dÃa veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un dÃa conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mÃ. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.' 1 Corintios 13:1-13 La palabra Amor es usada de distintas formas. Pero Aquél que es Amor nos ofrece una clara definición en Su Palabra. Este pasaje nos reta a amar en los estándares de Dios--como hemos sido amados por Él. Esta es una lista dura de cumplir--imposible sin el amor de Dios fluyendo en y a través de nosotros. Después de que lean este pasaje juntos en voz alta, dÃgale a su pareja de que forma se sienten más amados. Oren juntos para que Dios incremente su capacidad para amarse el uno al otro con Su amor.
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Cuarta informacion'No dejen de amarse unos a otros como hermanos. Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio. Acuérdense de los presos, como si también ustedes estuvieran presos con ellos. Piensen en los que han sido maltratados, ya que ustedes también pueden pasar por lo mismo. No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles. No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.» Asà que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?» Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. ' Hebreos 13:1-8 Es comprensible por qué no pensamos en nuestro cónyuge como hermano o hermana, pero este pasaje, que incluye un gran versÃculo acerca del matrimonio, comienza recordándonos a amarnos unos a otros como hermanos y hermanas en Cristo. Después de le leer el pasaje juntos en voz alta, comenten acerca de los puntos que se refieren a su relación. Discutan acerca de las formas en que es más fácil tratar a otros amigos cristianos mejor que con los que vive en su propia casa. Pidan a Dios juntos para que su matrimonio sea un ejemplo del amor de Cristo, como Dios lo quiere. PÃdanle que los guie a ambos a ser lÃderes que apunten al amor incondicional de Dios.
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Quinta informacion'No dejen de amarse unos a otros como hermanos. Que todos respeten el matrimonio y mantengan la pureza de sus relaciones matrimoniales; porque Dios juzgará a los que cometen inmoralidades sexuales y a los que cometen adulterio. Acuérdense de los presos, como si también ustedes estuvieran presos con ellos. Piensen en los que han sido maltratados, ya que ustedes también pueden pasar por lo mismo. No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles. No amen el dinero; conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré.» Asà que podemos decir con confianza: «El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre?» Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios; mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. ' Hebreos 13:1-8 Es comprensible por qué no pensamos en nuestro cónyuge como hermano o hermana, pero este pasaje, que incluye un gran versÃculo acerca del matrimonio, comienza recordándonos a amarnos unos a otros como hermanos y hermanas en Cristo. Después de le leer el pasaje juntos en voz alta, comenten acerca de los puntos que se refieren a su relación. Discutan acerca de las formas en que es más fácil tratar a otros amigos cristianos mejor que con los que vive en su propia casa. Pidan a Dios juntos para que su matrimonio sea un ejemplo del amor de Cristo, como Dios lo quiere. PÃdanle que los guie a ambos a ser lÃderes que apunten al amor incondicional de Dios.
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